YA PODEMOS LEER :D
En la actualidad se
lleva a cabo en República Dominicana el plan nacional Quisqueya Aprende Contigo,
que busca eliminar el analfabetismo en el país.
Este programa, como
todo lo que venga del gobierno (cualquier gobierno) tiene quien le apoya, quien
no le hace caso, quien todavía no lo entiende y quien lo detracta. Más allá de pagos atrasados, de materiales no
entregados, de núcleos formados para ser dejados de lado al poco tiempo; más
allá de (querer hacer) implicaciones políticas nacionales o internacionales
debemos asumir dos realidades:
a) En República
Dominicana existe el analfabetismo, y en este blog particular me refiero
solamente a aquellas personas que por una razón u otra no han aprendido a leer
y/o a escribir. Que se sepa que otros
tipos de analfabetismo no serán tratados en esta entrada. Gracias por adelantado a los que pensaban
comentar algo fuera de campo y se han abstenido de hacerlo.
b) Hay personas en
todo el país deseosas de aprender, de poder escribir su nombre, cansadas
de que las letras sean garabatos en un
papel, indescifrables a sus ojos. Hay
personas en todo el país que quieren poder enriquecer sus conocimientos, su
experiencia de vida. Son estas personas
las que se han comprometido a participar en este plan. Van tres veces por semana a la casa de un vecino o a la escuela más
próxima, tal vez a una iglesia e incluso (típicamente dominicano) debajo de una
mata, a escuchar a otra persona que ha prometido iniciarlos en el camino de la
alfabetización. Estas personas se pasan
el día trabajando formal o informalmente, llegan a casa a cumplir con más
deberes y salen luego a estudiar. Así
como lo leen. Eso se llama compromiso.
En
el municipio de Jarabacoa, conjuntamente con otras personas, he tenido la
oportunidad de ser parte de este plan en calidad de ‘Animadora’. Para estos fines, ‘animador’ es la persona
que supervisa varios grupos o núcleos de aprendizaje; se asegura que estén
trabajando, que tengan los materiales, que se puedan resolver problemas básicos
del proceso y, a través de todo eso, animar a los participantes a seguir
estudiando y dar el todo por el todo. La
alfabetizadora con la que he trabajado, Ana
Iris Canela, es una joven estudiante de magisterio y en quien he podido
ver una real vocación para la carrera.
Le agradezco públicamente el compartir conmigo este compromiso de ayuda
social, no hubiese podido animar correctamente sin su apoyo y dedicación a los
participantes.
Cada
etapa dura seis meses. Quien crea que es
poco tiempo tengo para decirle que sí y que no: sí, porque ciertamente seis
meses no alcanza para tanta lectura y matemática; no porque la idea del plan es
que se dé el primer paso en el aprendizaje, las escuelas formales ya están ahí
para continuar.
Recientemente
dos núcleos de aprendizaje funcionando en el sector La Joya del municipio
Jarabacoa, terminaron exitosamente esta primera etapa. Seis meses de lluvias, calor, mosquitos… seis
meses de reunirse tres veces por semana y trabajar por primera vez en mucho
tiempo sobre un cuaderno y un libro.
Con
la esperanza de que en algún momento puedan continuar su educación ya sea a
nivel técnico o de licenciatura, tomamos un paso más en persecución de este
anhelo. El paso, llevado a cabo con la
ayuda desinteresada del Dr. Rafael
Eduardo Matías Reyes, apoyando aquellas acciones sociales que impliquen
desarrollo positivo para la población del municipio y a quien agradecemos
enormemente el responder a nuestra solicitud de ayuda, consistió en la donación
de caligrafías, lapiceros, lápices, sacapuntas y borras para todos los
integrantes de ambos núcleos.
Segura
estoy que algunos de ustedes se preguntarán para qué sirve esto; la respuesta
es simple: la caligrafía ayuda a mejorar la escritura, la lectura y mantiene al
recién alfabetizado con un mínimo de disciplina diaria. Debe mantenerse estudiando aunque al principio
no se dé cuenta de que es exactamente eso lo que hace. Varios argumentarán que resulta simplista la
idea, pero a falta de programas flexibles cercanos a la comunidad y de un
tiempo más largo para alfabetizarlos; a falta de que los mismos alfabetizados
puedan sacar horas para ir a otras comunidades a los programas para adultos; a
falta de todo esto y otros tantos detalles, la caligrafía es una solución. Además, debemos recordar que desde tiempos
antiguos la caligrafía ha sido considerada un arte (me voy un poco por el borde
aquí, pero ¡vamos! Es obvio que ánimos no me faltan para mantenerme positiva J ).
Fotos
de la entrega de los materiales ya mencionados pueden verse más abajo en esta
entrada.
Al
mismo tiempo que el Dr. Matías entregaba la donación y charlaba con los
participantes escuchando sus necesidades y agradecimientos, tuvimos la última
actividad formal de estos seis meses: una charla sobre plantas aromáticas: qué
son, para qué sirven y los cuidados que necesitan.
El
ingeniero agrónomo Frank Badía,
a quien agradecemos el apoyo continuo durante estos meses de trabajo, impartió
a los presentes una charla de unos 30 minutos sobre el tema de las plantas
aromáticas, respondiendo preguntas de los presentes y entregándoles a cada uno
un ejemplar de las plantas mencionadas durante su participación.
Estas
plantas (a modo de resumen) son conocidas por la población general, quien a su
vez rara vez sabe de todos los usos que pueden tener: son ornamentales,
medicinales, se usan en la cocina y pueden ser plantadas en prácticamente
cualquier lugar. Esto incluye tarros,
latas de aceite, el suelo, tarros de mantequilla, vasos desechables, entre
otros.
Con
esta charla se buscaba expandir la curiosidad de los alfabetizados,
mostrándoles cosas que creían conocer a fondo pero que tomaron en cuenta no era
así. El interés que varios de ellos
demostraron sobre adquirir mayores conocimientos al respecto ha tenido como
resultado plantaciones para fines caseros y búsqueda de material literario
sobre el tema. La curiosidad no siempre
ha matado al gato ;)
Luego
de entregados los materiales y compartido la charla, nos dispusimos a cerrar
con una pequeña celebración. Picadera,
refrescos, recuerdos y motivaciones fueron repartidos y creo formaron el
componente perfecto para el cierre de estos meses de trabajo.
Como
siempre he dicho: ¡Juntos sí podemos! O, como dicen ellos (ellos siendo mi
padre): Algún día habrá patria.
Yo
le añado: Mientras trabajemos por ella.
Etiquetas: alfabetización, Jarabacoa, programa, programa estudio adultos. éxito, Quisqueya Aprende Contigo, Tanya Badía
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