Que estrés

Bueno, como que todas las fiestas planeadas al aire libre han sido 'aguadas' por la cantidad inimaginable de lluvia de las últimas semanas.

Por ahora nada más interesante que los hoyos en el camino a mi casa, ha ocurrido. Por patético que parezca el trabajar tanto en los últimos años me ha traído como consecuencia que ahora sólo pienso en trabajo. No tengo idea como divertirme y mi miércoles de Mercedes me lo pasé en la oficina intentando adelantar el papelerío inmenso que tengo (no atrasado), en un afán imposible por adelantar ciertas cosas y pensar que tal vez, por una casualidad, este fin de semana podré dejar que mi cerebro respire tranquilamente.

Sin embargo, al no poder dormir anoche, entendí que la memoria te juega travesuras, la mía, en este caso particular, decidió funcionar como agenda y me recordó el montón de otras cosas que no son urgentes pero que yo consideraré muyyyyy necesarias, a hacerse todas en este fin de semana.

La vida se ha convertido en algo tan trabajoso que me asusta pensar en que puedo estar perdiendo el 'quien soy' por intentar arreglar lo que son los otros y, por qué no, por crear un mejor yo; que de mejor y de yo tiene absolutamente NADA.

Los incentivo a tomar un par de horas este fin de semana. La primera hora para rezar por mi y la segunda a poner la mente en blanco, los pies descalzos sobre la grama, la tierra o simplemente el piso frío. Pantalones cortos, blusa de esas sin mangas y super vieja, y no recordar, solo por 60 minutos, la inmensidad de trivialidades e importantes asuntos que tenemos que hacer.

Si acompañan eso con un jugo de limón bien frío (para el gusto los colores, por si acaso), les garantizo que recibirán el merecido descanso que casi nunca nos atrevemos a tomar.

Buen descanso.